domingo, 3 de marzo de 2019

AMBROSIO DE AQUINO, PIONERO Y MÁRTIR DE LA IGLESIA DE JESUCRISTO DE LOS SANTOS DE LOS ÚLTIMOS DÍAS EN MÉXICO

Sirvió a su pueblo y a su país combatiendo en las postrimerías de la Revolución mexicana, ahí aprendió que si no sirves a tus semejantes no le sirves a nadie.

Ambrosio De Aquino Caro
 Ambrosio De Aquino Caro nació el 7 de diciembre de 1897 en Santiago Xalitzintla, Puebla; un pueblito olvidado por todos, menos por "Don Goyo", el volcán Popocatépetl que lo cobija y lo proteje... hasta que diga lo contrario. Con esa forma de vida, Ambrosio forjó en su juventud ese carácter fuerte que le hizo vivir día a día con esa realidad; sembrar la tierra para sobrevivir, trabajar desde temprano y terminar hasta tarde, tratando de juntar lo necesario y a la vez, rogando para que la providencia le permitiera guardar un poco para el futuro, para su familia.

Muy joven se enlistó en el honorable ejército que comandaba el Gral Emiliano Zapata, en la Revolución mexicana para combatir contra "los pelones". Era tan notorio su valor y su determinación que recibió la distinción del grado de Mayor. Al terminar la revolución, regresó a su tierra para continuar peleando la guerra diaria contra la pobreza y contra aquellos que intentaban seguir pisoteando "a los de abajo".
Dentro de él sentía que tenía que hacer algo por los suyos, y también sentía que no podía hacerlo solo; aproximadamente por el año de 1925 conoció a unas personas que hablaban "la palabra", un mensaje de Dios diferente de como él lo había escuchado o practicado. Un tal "Sandoval" y un tal "Margarito" le empezaron a enseñar junto a los primos Jiménez y Tequianez; fue tanto lo que les emocionó este mensaje que lo aprendieron rápidamente y tan grande fue lo que recibieron que comenzaron a "enseñarlo" también, aún que no habían sido convertidos o bautizados bajo la autoridad de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días.
Se cuenta que estos primos se fueron a compartir este "nuevo" evangelio a los pueblos cercanos, como Atlixco, San Mateo y San Buenaventura.

Fue hasta mucho tiempo después, el 11 de diciembre de 1932, que recibió la ordenanza del bautismo verdadero, el realizado por la autoridad del Sacerdocio de Dios. Combinando su nueva pasión eclesiástica con las labores de la vida diaria, y con las propias responsabilidades familiares, poco a poco buscó que el gobierno del estado volteara a ver hacia el último pueblito rumbo al volcán, el último en la distancia y el último en recibir la ayuda necesaria para empezar a crecer.
Gracias a su tesón, la ayuda comenzó a llegar, poca... pero consiguió que se construyera la escuela del pueblo; consiguió también que llegara el agua potable y que se extendiera el cableado de energía eléctrica y algunas líneas de teléfono. Esto lo llevó a ser elegido como el Síndico del pueblo, o como se dice... "algo así como un presidente municipal".

Pasado el tiempo, y dedicado ahora a su trabajo, a su familia y a Dios; Ambrosio De Aquino junto con sus primos y sus familias tuvieron que fortalecerse y resistir las presiones de un movimiento que trataba de tambalear a su querida nueva religión; algunos "líderes" locales de la misma no aceptaban los lineamientos desde la cabecera de la iglesia. Este movimiento fue conocido como "La Tercera Convención". Fue tanta esta rebeldía, que la presidencia de la iglesia tuvo que desconocer la autoridad de estos líderes convencionistas y fueron excomulgados de la iglesia de Jesucristo.
Lamentablemente, las actividades de varias Ramas pertenecientes a la Misión Mexicana también fueron desconocidas. Con esto, aquellos "hermanos rebeldes" buscaron dividir las unidades circunvecinas, entre ellas, la Ramita de Santiago Xalitzintla.
Los pocos miembros en Xalitzintla resistieron las lisonjeras invitaciones para unirse a ese movimiento; por la fe de los primos pioneros fue que se pudo lograr esto. Fueron casi diez años de resistir y de esperar para que aquel movimiento llegara a su fin y para que la Misión Mexicana fuera reunificada.

A partir de 1946, con la Misión Mexicana fortalecida y reorganizando todas las Ramas establecidas; Ambrosio De Aquino fue llamado y apartado para ser el presidente de su querida Ramita. En 1948, y teniendo que viajar a Cuautla Morelos, la mayoría de los miembros de la Rama de Santiago Xalitzintla tuvieron que ser bautizados nuevamente, pero solo para ser inscritos debidamente y para llevar en órden los registros de la iglesia. Ese mismo año, salió el primer misionero de Xalitzintla para cumplir una misión de tiempo completo; lo siguió el segundo en 1953... los dos, eran los hijos mayores del presidente De Aquino; Rosendo y Juventino.

Años después tuvo que pelear una nueva guerra, otra "revolución" estaba en el aire; una lucha de ideas religiosas.
El testimonio y la fe en la iglesia de Jesucristo estaba creciendo en el pueblo, y eso causaba un celo en el sacerdote de la iglesia católica, ¿qué más podía pensar el encargado del bienestar de los pobladores de la región? ¡Nada! nada más que el pensamiento de cuidar a sus ovejas del "peligro" que representaban los mormones.
El día 3 de marzo de 1959, "el líder de los mormones", "el peligro para Santiago Xalitzintla" se encontraba sembrando sus tierras como de costumbre, lo acompañaban tres de sus hijos que lo ayudaban en diferentes tareas. Mientras tanto, los pobladores acudían al llamado del repiquetear de las campanas de la parroquia; el pastor juntaba a sus ovejas, tendrían una misión... visitar a "la oveja descarriada" para persuadirlo de regresar al camino que se imponía por tradición de los padres y abuelos. Un grupo de personas exaltadas por el efusivo sermón del prelado les calentó la sangre, y excitados por tal elocuencia salieron raudos al encuentro con su vecino, con su anterior amigo de la infancia y juventud.

Cuando llegaron al lugar indicado, el calor del momento era tan fuerte que pensar en una charla amistosa ya no estaba en los planes. Con gritos, insultos y arrebatos le exigían al hermano De Aquino que abandonara su iglesia, que dejara de predicar y de recibir a "los hermanos gringos"... que él y su familia tenían que dejar sus creencias y regresar a su antigua fe.
El presidente no aceptó sus exigencias y no negó su fe, ni aceptaría negar el testimonio que tenía del evangelio restaurado. De pronto le empezaron a jalonear, comenzaron a golpearle mientras sus hijos lloraban y lo defendían. De pronto... se escuchó el sonido de un arma de fuego; una bala atravesó su pecho y Ambrosio cayó herido de muerte. Uno de sus hijos menores corrió rumbo al pueblo para pedir auxilio, el otro menor se encontraba arriba de un árbol cortando manzanas... y desde ahí, llorando y sin poder aceptar lo que estaba viendo, no podía hacer nada.
Genovevo, jóven de 20 años, hijo del presidente De Aquino corrió hacia él y con su cuerpo trató de protegerlo... sufrio la misma suerte que su padre; los dos, ahí tirados, fueron vilmente masacrados en sus propias tierras.
La sangre manchó ese campo, y esa misma sangre y esa misma tierra serán testigos cuando el Señor Jesucristo reclame justicia para ellos.

Hoy, la iglesia sigue avanzando, un Templo del Señor será edificado en el estado de Puebla, donde el esfuerzo y el sudor del trabajo y la sangre de esos pioneros será retribuido en bendiciones para los descendientes de todos ellos.
Que el Señor bendiga la vida de mi abuelo, el presidente Ambrosio De Aquino y la de su hijo, el tío Genovevo.


"Nadie tiene mayor amor que este, que uno ponga su vida por sus amigos.
  (Ambrosio y Genovevo), vosotros sois mis amigos..."






viernes, 15 de febrero de 2019

LA CAPILLA DE LA RAMA DE CUAUTLA

Al día de hoy, para los que vivieron los primeros pasos de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días en México y que aún están con vida, recordarán con mucha alegría y con mucho amor la dedicación de la Capilla de la Rama de Cuautla, en el estado de Morelos.
La Capilla de la Rama de Cuautla en 1948.

Ese día en la historia, el día inolvidable para esos pioneros fue el 15 de febrero de 1948. Ya han pasado 70 años y el edificio aún sigue en pie; y más que en pie, firmes hasta el día actual, es como permanecen los descendientes de aquellas primeras familias, las cuales por su fe, por su esfuerzo y por su perseverancia han hecho que no sea solo la casa de oración la que aún siga levantada, sino la imagen y el buen nombre de la Iglesia.
Visita posterior del Élder Spencer W. Kimball a la Rama de Cuautla.

La capilla de Cuautla fue dedicada en una Conferencia de la Misión Mexicana, y tuvo la visita del Élder David O. McKay para presidir ese evento especial.
Compartimos la oración dedicatoria a cargo del presidente McKay, segundo consejero en La Primera Presidencia; tal como apareció en la Liahona de marzo de 1948 y con solo algunas correcciones.

David O. McKay

Nuestro Padre Celestial y Eterno, Tú que eres la fuente de todas las bendiciones y el dador de lo que es bueno. Es esta ocasión significativa, como tus hijos e hijas, y como miembros de Tu iglesia, nos acercamos a Ti con espíritu de gracias y de súplicas.
Para que podamos merecer Tu protección divina, Oh Padre Santo, pasa por alto nuestros errores y debilidades, perdona nuestras transgresiones y permite que el canal de comunicación entre Ti y nosotros sea abierto, para que podamos sentir Tu proximidad y saber que Tú escuchas y contestas nuestra oración.

Estamos agradecidos por esta tierra de América, "escogida entre las demás", que pueda ser siempre una tierra de refugio para los oprimidos, un lugar de libertad para los que te honran y que se esfuerzan por guardar Tus mandamientos.
Unidos, pagamos tributo a los hombres heroicos de México, descendientes del padre Lehi, quienes lucharon, derramaron su sangre, y murieron por la causa de la libertad.
Estamos agradecidos por el espíritu de tolerancia religiosa actualmente manifiesta en la República de México; y te imploramos Padre Santo, que Tú providencia predominante, y la proclamación de Tu verdad revelada en el evangelio restaurado nunca sea prohibida ni restringida entre esta gente amante de la libertad.
Con este ideal y otros de igual valor en mente, oramos por el presidente Miguel Alemán y por los miembros de su gabinete, a fin de que ellos puedan ser guiados por justicia y siempre inspirados por el amor a la libertad.
Bendiciones semejantes las invocamos sobre el presidente municipal de Cuautla y su ayuntamiento, para el gobernador y para los oficiales del estado de Morelos.

Uno de los más grandes de Tus favores divinos para la familia humana fue la aparición del Padre y del Hijo, y posteriormente la aparición del Ángel Moroni al profeta José Smith. Por este acontecimiento trascendental hoy expresamos un sentido agradecimiento; también por la restauración del Sacerdocio de Aarón y por el de Melquisedec, y por todas las llaves del Sacerdocio tenidas en dispensaciones anteriores, hasta el tiempo cuando el evangelio fue predicado por primera vez en el Jardín del Edén.
Todas estas llaves, poderes y privilegios ahora están centrados en esta Dispensación del Cumplimiento de los Tiempos. Te agradecemos por la Biblia, que cuenta la historia de Tus tratos con las personas del viejo continente; estamos agradecidos por el Libro de Mormón, que nos da la historia de Tus tratos con la gente del continente americano, y por las revelaciones modernas contenidas en Doctrina y Convenios y en La Perla de Gran Precio.
Estamos agradecidos por el servicio misionero de Tu iglesia y por su organización cabal, en la cual se hallan apóstoles, profetas, pastores, maestros, evangelistas, etc; completamente autorizados por Ti, para trabajar "para la perfección de los santos, para la obra del ministerio, para la edificación del Cuerpo de Cristo, hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, a un varón perfecto, a la medida de la edad de la plenitud de Cristo".

Como miembros de Tu iglesia sostenemos al Presidente George Albert Smith y a sus consejeros en la Primera Presidencia; al Cuórum de Los Doce Apóstoles, a los Asistentes de Los Doce, a los siete presidentes de Los Setenta, al Obispado General y al Patriarca.
Invocamos bendiciones para las presidencias de las 45 misiones por el mundo; para las presidencias de Estacas y para los Sumos Consejos en las 168 estacas organizadas, para los obispos en los Barrios y para las presidencias de Ramas; para las presidencias de Cuórums y organizaciones auxiliares, para los oficiales en los Templos, para los maestros en las escuelas y en los seminarios, y oramos para que el espíritu de unidad prevalezca entre todos estos oficiales y entre toda la extensión de Sión, que significa "puros de corazón". En este respecto, escucha y contesta hoy, te suplicamos Padre Santo, la oración que Jesús ofreció poco antes de hacer su entrada final en Getsemaní; "Padre Santo, que sean una cosa como Tú, Padre,  y yo somos una cosa".

Finalmente, Oh Señor, estamos agradecidos por la terminación de este Centro Social y religioso en Cuautla, Morelos, México; construído de los diezmos de Tu pueblo. Derrama bendiciones sobre todos en la Misión Mexicana y en las estacas de Sión que han pagado diezmos para adelantar Tu obra entre la humanidad.

Y ahora, Padre Celestial, presentamos ante Ti esta casa con todos sus útiles y rogamos que la aceptes como Tuya.
A este fin, como Tu siervo, y poseyendo el sagrado Sacerdocio de Melquisedec, y en favor de la Rama de Cuautla y de la Misión Mexicana; dedico este edificio para Ti, su salón de culto para la adoración, el salón de recreación para la cultura física, para el estudio de la música, el drama y dotes literarios; los salones de la Sociedad de Socorro para el servicio, estudio y comunicación social; las aulas para el estudio de la verdad, especialmente para la verdad revelada en el evangelio restaurado, para estos y cualquier otros propósitos justos, apartamos ahora este edificio y suplicamos que Tú lo guardes de toda persona maligna y de toda influencia profana. Si alguna persona entra a este edificio para mofarse, ablanda su corazón y dale el deseo de orar.

También dedicamos la casa donde los misioneros han de vivir; que no sea solo un lugar de refugio y descanso de noche, sino también un hogar de estudio, de devoción y de oración.

Bendice al presidente Arwell L. Pierce, a la Hermana Pierce y a los consejeros del presidente. A los elderes y a las Hermanas misioneras que trabajan como Tus representantes para establecer esta tierra de paz, armonía y de buena voluntad, por obediencia al evangelio de Jesucristo. Bendice al Comité del Consejo de Bienestar de la Misión Mexicana; a los presidentes de Distritos, las presidencias de Ramas, al Sacerdocio, a las Auxiliares, y a todos los miembros de la iglesia aquí en México. Que crezcan por Tu gracia en inspiración moral y espiritual, y así lleguen a ser verdaderos directores entre sus compañeros.
Guardales fieles en la fe, hazles fuertes en resistir la maldad, hazles benignos y considerados con otros, fieles a su palabra y a sus convenios, y fieles también a la iglesia y a Ti.

Estas expresiones de gratitud, esta oración dedicatoria, nuestras peticiones sinceras y loor, te las rendimos en el nombre de Nuestro Señor Jesucristo, Amén.